Vilaplana Catering transforma la experiencia MotoGP en una cita gastronómica memorable en Montmeló
Vilaplana contó con la participación de tres figuras destacadas de la alta cocina que respaldan su compromiso con la excelencia: Hugo Muñoz, con una estrella Michelin en su restaurante Ugo Chan Benito Gómez, distinguido con dos estrellas Michelin en Bardal y Samuel Naveira, con una estrella Michelin en Muna
El estruendo de las motos hizo vibrar nuevamente el Circuit de Barcelona-Catalunya con la disputa de la decimoquinta prueba del Mundial de Motociclismo.
Durante tres días intensos, cerca de 2.
aficionados se dieron cita en Montmeló para disfrutar de la emoción de la velocidad, los adelantamientos increíbles y el ambiente único que solo un Gran Premio puede ofrecer.
En medio de esa vorágine de adrenalina, alrededor de .
personas accedieron a un espacio reservado para quienes buscan vivir algo más que la competición: el MotoGP VIP Village.
Este formato, presente en todos los grandes premios del campeonato, combina entretenimiento exclusivo, hospitalidad de lujo y una propuesta gastronómica de primer nivel que este fin de semana volvió a brillar con fuerza gracias a la participación de Vilaplana Catering.
El Village es mucho más que un área privilegiada desde la que contemplar las carreras.
Se trata de un entorno diseñado para disfrutar con los cinco sentidos, donde la alta cocina se convierte en un complemento perfecto a la emoción que despierta cada vuelta en pista.
Y en esta ocasión, Vilaplana volvió a dejar su huella con su inconfundible sello de excelencia.
Con más de cuatro décadas de trayectoria, Vilaplana Catering se ha consolidado como un referente absoluto en la organización de experiencias gastronómicas de alto nivel.
Su presencia en el paddock europeo del Mundial de Motociclismo no es casualidad: la compañía acompaña al campeonato en los principales circuitos del continente, llevando consigo una propuesta culinaria que fusiona creatividad, respeto por el producto y un servicio impecable.
La filosofía de Vilaplana es clara: cada evento debe transformarse en un recuerdo sensorial inolvidable.
En el caso del MotoGP VIP Village, esto se traduce en menús diseñados para sorprender incluso a los paladares más exigentes, con recetas que mezclan tradición e innovación, inspiradas en los sabores locales y en productos de proximidad.
El Circuit de Barcelona-Catalunya fue un escenario perfecto para desplegar esta visión.
Allí, Vilaplana estuvo representada por tres nombres propios de la alta gastronomía que avalan su compromiso con la excelencia: Hugo Muñoz, con una estrella Michelin en su restaurante Ugo Chan Benito Gómez, distinguido con dos estrellas Michelin en Bardal y Samuel Naveira, con una estrella Michelin en Muna.
Helados de Rocambolesc y la repostería de Oriol Balaguer pusieron el broche de oro a una experiencia gastronómica de primer nivel.
El éxito del MotoGP VIP Village en Montmeló demuestra que la combinación de deporte y gastronomía de primer nivel es una fórmula ganadora.
Mientras en la pista los pilotos se jugaban cada milésima de segundo, en los espacios de hospitalidad se desarrollaba otro tipo de competición: la de conquistar los sentidos de los asistentes.
Vilaplana Catering ha sabido entender este concepto y elevarlo a un nivel superior.
Su capacidad para integrar a chefs de prestigio, su apuesta por productos de calidad y su compromiso con el detalle hacen que cada evento sea irrepetible.
No es casualidad que la marca se haya convertido en un socio habitual de grandes citas deportivas de alcance nacional e internacional.
Lo vivido este fin de semana en Barcelona refuerza la posición de Vilaplana como una firma capaz de convertir un Gran Premio en algo más que una carrera.
Allí donde la velocidad y la emoción son protagonistas, la compañía se encarga de aportar el toque de distinción y placer culinario que convierte la jornada en una experiencia completa.
Con iniciativas como esta, el MotoGP VIP Village sigue consolidándose como un espacio único donde los asistentes pueden disfrutar de un espectáculo total.
Y en ese escenario, Vilaplana Catering brilla con luz propia, demostrando que la gastronomía también puede ser protagonista en el mundo del motor