
Una vez más
La trágica muerte de Dean Berta Viñales ha vuelto a conmocionar a todo el mundo del motociclismo.
Otra similitud entre estos tres desgraciados sucesos es que estos niños compiten en las categorías más pequeñas de los Campeonatos del Mundo de MotoGP, WSBK y FIM-CEV, que son divisiones muy concurridas.
En el caso de la SSP300, en la que compite Dean, la parrilla es de 42 pilotos, casi el doble que en SBK y MotoGP.
En el caso de la SSP300, en la que compite Dean, la parrilla es de 42 pilotos, casi el doble que en SBK y MotoGP.
Además de este enorme número de pilotos, la igualdad mecánica es tal que en cada carrera hay 10, 15 o 20 pilotos pasándose y adelantándose varias veces por vuelta, frenando hasta siete a la vez, sin ningún miedo.
En la SSP300, la Red Bull Rookies Cup y la Yamaha Cup, más de 40 intrépidos adolescentes forman la parrilla y luchan por la victoria.
No acepto que no exista un esquema de parrilla justo y equilibrado, y tanto la FIM como Dorna deben considerar seriamente este aspecto, así como la edad mínima para competir.
No es raro ver a chavales de 14 y 15 años en motos que van a más de 200 km/h.
Sí, todas estas carreras son tremendamente competitivas e interesantes, pero también son peligrosas.
También es inaceptable que alguien como Michel Fabrizio venga a condenar groseramente a Marc Márquez.
Es feo, poco ético y poco profesional.
El piloto de Cerbera no ha tenido nada que ver con estos tres accidentes ni con otros similares.
Sin embargo, no quiero posturear más sobre este ex piloto.
Está claro que el motociclismo conlleva riesgos inherentes, y todos lo sabemos.
Los circuitos y el equipamiento de los pilotos han avanzado mucho en materia de seguridad en los últimos 20 años, pero las parrillas masificadas siempre harán que los riesgos sean demasiado grandes