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Sin distancia ni seguridad en Losail A pesar del aumento de casos, en el

Primer GP el público inundó las tribunas. Tras el "espectáculo" del pasado domingo, el GP de Doha contará con una vigilancia policial especial en las tribunas, y se prohibirán los niños y los puestos de comida

Las redes sociales han recibido muchas críticas por la presencia de multitudes en el GP de Qatar del pasado domingo por la noche.

Las imágenes televisadas han desatado las críticas, sobre todo porque se produjeron después de que el gobierno emiratí hubiera endurecido significativamente las normas de control de COVID sólo unas horas antes, en respuesta a un aumento de las epidemias.

Se cerraron piscinas y gimnasios públicos, se redujo drásticamente la capacidad de centros comerciales y restaurantes y se prohibió la entrada a los niños.

Las imágenes son explícitas.

No había control de distancias y se veía a familias enteras, niños incluidos, hacinadas.

El próximo domingo se mantendrá el permiso que cubre el 20% del aforo de la única tribuna del circuito, pero se triplicará el número de personal para garantizar las distancias de seguridad.

Los puestos de comida y bebida ofrecidos en el Gran Premio de Qatar del pasado fin de semana no abrirán este domingo.

Se prohibirá el acceso de niños a las gradas y se aumentarán las distancias de seguridad El acceso de espectadores al Gran Premio de Qatar de MotoGP en la era COVID no es nada nuevo.

La temporada pasada, tres carreras acogieron espectadores: los dos GGP de Misano, en septiembre, y el GP de Francia, en Le Mans, a mediados de octubre.

Fue pionero en Italia y estableció una impecable organización "alemana", con entradas separadas para cada tribuna, entradas y salidas secuenciales de las tribunas y un estricto control de las distancias entre tribunas.

Fue una demostración de organización.

También fue una demostración de valentía por parte de los políticos locales que se atrevieron a dar luz verde a las propuestas de los responsables del circuito de Misano.

De hecho, otros circuitos, como Valencia, tomaron el circuito como modelo, y la idea de abrir Cheste al público acabó abandonándose con la llegada del segundo equipo de COVID.

El control de los "motards" no era tan eficaz como en Italia.

Los ejemplos de Losail, Misano y Le Mans demuestran que es perfectamente posible admitir un número limitado de aficionados en un circuito coordinando y gestionando bien unos protocolos.

Todo lo que se necesita es una buena organización y el compromiso de los espectadores.

Veamos cómo evoluciona esta parte del GGPP cuando el Campeonato del Mundo llegue a Europa a mediados de abril