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Mi álbum de cromos de motos

En un rincón de mi estantería guardo un álbum de cromos de motos de mi infancia

Mi padre me contagió la pasión por las motos, pero yo no sabía lo que había hasta que empecé a crear mi colección de cromos.

Un simple y anodino álbum de cromos fue el catalizador que revitalizó mi pasión por las motos y se convirtió en el eje giratorio de mi vida.

Todo empezó en 1975, cuando sólo tenía diez años.

Todos los días, de camino al colegio, pasaba por la panadería del pueblo, donde compraba mi desayuno.

Bucanero, tigretón, bonnie, y sí, bollería bimbo, que creo que todavía existe.

Cuando la abrí, era una pegatina de una moto.

Como era de esperar, empecé a acosar a mi madre para que me comprara un álbum en el quiosco.

No la detuve hasta que lo compró.

En la portada del álbum aparecía un niño haciendo caballitos en una minimoto de trial, y en el interior se sorteaban 100 motos Bultaco.

Se hicieron más viajes a la panadería y se compraron más pasteles bucaneros.

Esta colección de cromos no se podía cambiar porque los escolares no le hacían mucho caso.

Entonces tuve que comprar más bucaneros.

En mi pueblo no había internet, ni revistas de bicis y no tenía dinero para comprarla, así que empecé a conocer la Munch Mammut, la bici más cara del mundo, que costaba un millón de pesetas -6.

000 euros de la época-.

Con este álbum también conocí a pilotos como Min Grau, Ángel Nieto, Manuel Soler y Vuktor Palomo, y cómo eran los cascos de Barry Sheene, Giacomo Agostini y Phil Read.

También explicaba, aunque brevemente, los tipos de motos, neumáticos y peculiaridades del deporte de la bicicleta.

Fue en este libro donde empecé a adquirir los primeros conocimientos moteros que con el tiempo se convertirían en mi profesión.

Pero la bomba cayó en las páginas de las minimotos trail Bultaco y Montesa, o la minimoto de velocidad MV Agusta.

Yo quería una.

Y había consejos sobre cómo iniciar a los niños en las motos.

Vi a unos chavales montados en una Chispa, una Bultaco de trial, y a un señor mayor dándoles consejos.

Hasta que no fui adulto no descubrí que ese señor mayor era Don Paco Bultaco.

Teniendo en cuenta que el álbum de cromos de Bimbo estaba patrocinado por Bultaco, los consejos de moto y conducción para niños eran impagables.

Y en la misma página, la Federación de Federaciones de Motociclismo RFME.

promocionaba la licencia federativa para animar a los niños a sacarse el carné y competir.

Qué maravilla.

Qué tiempos aquellos.

Los créditos de los álbumes incluían nombres que yo no conocía, como la revista Solo Moto, Jos Mara Alguersuari y Csar Rojo.

Así que a los diez años ya tuve mi primera experiencia en Solo Moto Terra.

Me aportó mis primeros conocimientos y me convertí en un apasionado de las motos con raíces