Menu

Maverick Viñales: de querer dejarlo todo en Yamaha a reaparecer con Aprilia

Siento que esta victoria es la más importante y la más valiosa porque lo he conseguido, estoy de vuelta y puedo hacer este regalo a mi familia

Maverick Viñales tuvo que dejar de intentar controlar sus emociones con un nudo en la garganta mientras intentaba responder al micrófono de DAZN El piloto de 29 años, que cumple el 12 de enero, ha vivido y sufrido a costa del motociclismo, ganando el Mundial 217 de las cinco carreras disputadas desde principios de año.

Ganó tres carreras y lideró el Mundial en su primer año con Yamaha, pero fue despedido tras un episodio condenable en el Red Bull Ring en agosto de 2021.

Habiendo formado equipo con Suzuki en el pasado, sabía que tenía el talento para hacer de Aprilia un gran coche.

Volvió aquí unas carreras más tarde, pilotando una RS-GP en el Gran Premio de Aragón.

Este despegue no habría sido posible sin su compañera Raquel, que ha dado un nuevo sentido a su vida, y sus dos preciosas hijas, Nina y Blanca.

Si era feliz en casa, sólo era cuestión de tiempo que volviera a serlo en el circuito.

Por eso sus primeras palabras entre sollozos fueron para las tres princesas.

Ha sido muy duro llegar hasta aquí.

Mi familia lo entiende muy bien.

Todo el trabajo que hemos hecho ha merecido la pena.

Estoy deseando abrazar a mi mujer y a mis hijos, que están sufriendo juntos", declaró a DAZN.

Y, por supuesto, reflexionó sobre el episodio de Austria21: "En Austria no sabía si iba a parar, y ahora estoy en la cima.

Todo esto sólo me ha enseñado una cosa: nunca hay que rendirse, siempre hay que seguir luchando.

Es un logro histórico y quiero dar las gracias a todos los que me han apoyado.

Hubo momentos en los que quise tirar la toalla, pero tuve el apoyo suficiente para seguir creyendo y levantarme cada mañana", declaró Mack.

En la salida tuve la confianza necesaria para ponerme en cabeza en la primera curva.

'En la salida, confiaba en ponerme en cabeza en la primera curva, pero Pedro Acosta salió muy bien.

Intenté cruzarme en su camino y Pecco Bagnaia llegó y me empujó en la primera curva.

No he necesitado calentar el neumático trasero, sobre todo en la frenada, porque estaba muy cerca de los demás pilotos.

Esperé mi turno y, sobre todo, la paciencia y la fe no me permitieron cometer ningún error.

El único error que cometí fue con Miller, que me pasó por detrás, pero le obligué a irse largo.

Puedo hacerlo desde atrás.

Hoy lo creo con cada fibra de mi ser.

A veces parece magia