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La Gilera CX 125 es una maravilla en parado y un desastre en movimiento

Han pasado exactamente 30 años desde el lanzamiento de la atrevida y progresista Gilera CX 125

En una época en la que existían la deportiva y eficaz Gilera SP-02, la Aprilia Futura y la Casiva Mito, lanzar un nuevo modelo de 8 litros significaba "dar un golpe de efecto".

Así nació la Gilera CX 125, con un diseño muy atrevido y soluciones técnicas inéditas para una moto de carretera, y menos aún para una 125 c.

c.

El apellido CX era una clara indicación de que esta moto era más aerodinámica que las demás.

Este era su pasaporte, su estética "rompedora de cabezas", con la incorporación de suspensiones delanteras y traseras monoviga combinadas con un chasis de doble viga y un potente motor Gillette monocilíndrico de dos tiempos LC, 124 cv, 30 cv.

, su diseño, inspirado en el sistema utilizado en los trenes de aterrizaje delanteros de los aviones, y utilizaba una gruesa barra central que se deslizaba dentro de un cilindro en lugar de horquillas, que se extendían hacia abajo y se curvaban para alojar el eje delantero.

La dirección se realiza mediante un conjunto de bielas, que conectan la placa superior con el cilindro inferior.

Y para bautizarlo y dejar su impronta para siempre, la Gilera lo llamó SSS, Sistema de Suspensión Simple.

En la parte trasera, había un basculante simple de un solo lado con un monoamortiguador y una corona de cambio en el exterior, que remataba la estética simple y brutal.

Viendo esta configuración desde el lado derecho, ni el basculante ni las horquillas eran visibles, por lo que la moto parecía flotar sobre sus ruedas.

Para rematar una moto tan extraordinaria, Gilera añadió algunos toques finales muy finos y potencia extra, incluyendo llantas Grimeca de 17' casi lenticulares aunque muy pesadas.

y un conjunto muy completo de instrumentación de estilo automovilístico.

Los frenos eran discos de 300 mm delante y discos de 240 mm y pinzas Grimeca detrás.

Y ahí se acabó lo bueno, ya que el monotubo delantero de la S se encharcaba y "saltaba" al frenar, provocando una gran ansiedad en el tren delantero y cambiando la geometría de la moto cuando menos te lo esperabas en una curva.

Como resultado, la Gilera CX 125 se convirtió en una moto de exposición, un prototipo de salón convertido en moto de carretera.

Sin embargo, su diseño y sus atrevidas soluciones técnicas han hecho de la Gilera CX 125 una moto digna de recordar en nuestra memoria