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La enorme mochila de Marc Márquez

Solo necesitaba el visto bueno de los médicos y lo obtuvo: Marc Márquez vuelve. Mientras, tenía a toda la cúpula de HRC, comenzando por el propio Alberto Puig, rogando al cielo para que su estrella pudiese estar presente en este decisivo test de Misano, donde el de Cervera deberá marcar la pauta de la RC213V de la resurrección. Porque sí, eso es lo que deberá ser esta prueba.Renacimiento también para el propio Marc, el enésimo en estos últimos dos años y medio ya, entre accidentes, operaciones, recaídas y diplopías varias.Cual Ave Fénix pues, el octocampeón ha vuelto a subirse a la Honda para sentar las directrices de una moto que necesita volver al lugar que por currículum le corresponde. La marca que más títulos de MotoGP tiene está viviendo la peor sequía de su laureada trayectoria y necesita volver a lo más alto con urgencia.Gran parte de esta tremenda responsabilidad se ha depositado sobre los maltrechos hombros de Márquez, el único que parece ser capaz de sacar la quintaesencia de la complicada Honda. Marc quiere mucho a Honda, pero ésta le debe mucho a él y le necesita aún más.La paciencia del catalán no es infinita y el margen que le ha dado a su equipo de siempre tampoco lo es: dos años para volver a la cima -los dos que le quedan de contrato-, o adiós a Honda (¿y ‘hola’ a Ducati' Allí lo están esperando con los brazos abiertos si falla su equipo).Marc es un profesional como pocos, y sin estar ni mucho menos bien ha apurado su preparación física para poder estar presente en Misano. Ha sido de los primeros en salir a pista, toda una declaración de intenciones. La pelota está ahora en el tejado de Honda.