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Jorge Lorenzo no está ahí

Ha perdido el interés por seguir arriesgando cada fin de semana

No le importa si su etapa con Honda acaba en desastre, y pilotar para Ducati no le tienta, ni le motiva, ni siquiera le interesa.

Soy de los que siempre ha deseado que Jorge Lorenzo reencontrara el camino de la competitividad que le hizo ganar cinco títulos mundiales en su carrera deportiva.

Jorge Lorenzo no quiere eso.

Hace unos días, el director del Team Repsol Honda, Alberto Puig, tuvo unas palabras contundentes que me sonaron injustas, precisamente contra el piloto que ha formado parte del equipo desde sus mismas manos.

Pero Puig tiene razón.

El piloto mallorquín, que hizo su primera aparición pública aquí en Misano el jueves, subrayó que tiene contrato con su actual equipo para esta y la próxima temporada.

Nunca se sabe lo que va a pasar en la vida, pero esta es la situación en este momento", dijo.

En privado, sin embargo, Jorge dice estar cansado y desmotivado.

Prefiero acabar a tres segundos que volver a caerme".

También deja claro que no puede batir a Marc Márquez.

Y, sobre todo, repite lo que lleva haciendo desde que tiene uso de razón: ya no le gustan las motos de carreras.

No le importa si su etapa en Honda acaba en desastre y tiene que salir por la puerta de atrás.

Si la opción de pilotar una Ducati el próximo año estuviera disponible, no le tentaría, motivaría o intrigaría.

De nuevo, ha perdido las ganas de seguir luchando, de arriesgar cada fin de semana: Jorge Lorenzo está harto.

La cuestión de cómo poner fin a esta situación es inevitable.

La respuesta es hoy indiscutible.

Es difícil para él y para el equipo imaginar a Lorenzo en este estado durante los siete grandes premios restantes.

Alberto Pucci añadió antes del inicio del GP de este fin de semana: "Pero si ocurre, puede que no sea una gran opción, pero buscaremos posibilidades y responderemos.

" Es cierto que acabó 17º, a 1'" de Maverick Viñales, el más rápido del día, pero a menos de un segundo de Marc Márquez y a unas décimas de Cal Crutchlow.

No es tan mal resultado para un hombre asquerosamente cansado.

¿Será realmente suficiente este rayo de luz para despertar la motivación perdida?