Menu

Joan Mir relata el calvario que le ha perseguido: "A veces aprendes, pero otras

No puedes". Disfruta del mundial de MotoGP en exclusiva con la oferta de DAZN por solo 9,99€ al mes

Joan Mir no ha tenido nada de suerte en esta primera mitad del Mundial.

A pesar de una cierta mejora en la Honda, el campeón del mundo de 22 no lo ha podido materializar con buenos resultados.

Y lo peor es que muchas veces no ha sido por su culpa.

El mallorquín es el piloto de MotoGP con más caídas antes del parón de verano, con 1 en total, las mismas que su compañero de fábrica Johann Zarco.

Pero la mala fortuna se cebó con Joan.

Y es que de los 12 Grandes Premios disputados, en cinco ocasiones Mir acabó en el suelo por culpa del error de un piloto ajeno.

A eso hacía referencia el balear cuando le tocó hacer un análisis de la primera mitad de año.

"Creo que fue una primera mitad de temporada con muchas caídas, algunas por fallos míos, pero otras que no fueron culpa mía.

Traté de aprender de esas caídas que fueron culpa mía, pero de las que no, no puedo aprender nada", explicaba para el canal oficial de MotoGP.

"Espero que tenga la fuerza para seguir empujando como lo he hecho hasta ahora.

También confío en que Honda traiga algo que me ayude a poder luchar con los otros", expresaba para finalizar.

Joan Mir ha tenido muchos percances fuera de su control en la primera mitad de temporada de MotoGP.

Joan Mir ha llegado al parón de verano con tan solo 2 puntos cosechados y en la 19 posición en la clasificación general de pilotos.

La mala suerte se evidencia cuando se compara con el bagaje de puntos de Luca Marini que, a pesar de estar fuera de la parrilla en unas cuantas citas por culpa de una lesión que se hizo en Suzuka, suma 2 más.

El italiano es 1º con 2 puntos y tres Grandes Premios fuera de juego.

Está claro, pues, que el objetivo de Joan Mir en esta segunda mitad de Mundial es poder sacarse la espina clavada de las 12 primeras citas del campeonato.

Con poco que le sonría un poco más la suerte, logrará mejores resultados.

Solo hace falta ver que, por mero ritmo, el balear nunca ha tenido las armas que tiene a día de hoy