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Los años 60 no fueron tan fáciles

Nick Harris explica el complejo sistema de puntos para los campeonatos del mundo en el movimiento cultural conocido como los "Swinging Sixties"

Podría pensarse que no hace falta ser un genio de los números para saber quién tiene posibilidades de ganar el Campeonato del Mundo de MotoGP 2022, que se decidirá el próximo domingo.

Pecco Bagnaia debe sumar al menos dos puntos para coronarse campeón.

En otras palabras, aunque Fabio Quartararo gane la carrera de Valencia, el 14º puesto de 'Pecco' sería suficiente.

En caso de empate a puntos, el piloto de Ducati con más victorias en GP en la temporada 2022 tomará la delantera.

Si 'Pecco' no termina, Fabio tendrá que ganar sí o sí para retener el título.

Parece fácil, pero no lo es tanto.

Cuidado Valencia: se acerca #TheDecider.

27/10/2022 La lucha por el título de 2022 llegará hasta el final de la temporada.

¿Quién saboreará la gloria tras la última ronda en el circuito Ricardo Tormo? Puede que los años 60 fueran una época apasionante para los amantes de la música y los aficionados al fútbol inglés gracias a la explosión cultural de los Swinging Sixties, pero si lo tuyo era el automovilismo podía resultar más que complicado.

De hecho, saber quién era el campeón del mundo al final de la temporada ponía a prueba esas habilidades matemáticas de las que hablábamos antes.

El problema era que no todos los resultados de los grandes premios contaban para el cómputo final del campeonato: en 1967, el circuito de Mosport albergó el único Gran Premio de Canadá.

La carrera de 500cc, disputada a 40 vueltas, era la prueba final del campeonato.

En aquella época, sólo los seis mejores resultados de las diez carreras de la temporada contaban para el resultado de cada piloto.

Mike Hailwood estaba desesperado por dar a Honda su primer título mundial de 500cc antes de retirarse.

Lo ganó por delante del legendario piloto Giacomo Agostini en su MV Agusta, con los seis mejores resultados de los dos pilotos sumando 46 puntos.

A partir de ese momento, comenzó el ingenioso y entretenido juego.

El campeonato debía adjudicarse al piloto con más victorias en Grandes Premios esa temporada.

El problema era que Agostini y Hailwood habían ganado cinco carreras cada uno.

Agostini, el vigente campeón en aquel momento, ganó el título porque había terminado segundo tres veces, una más que Hailwood.

Un año más tarde, el Campeonato del Mundo de 250cc se enfrentó a un enigma similar.

Al final de la última ronda en Monza, los compañeros de equipo de Yamaha Phil Read y Bill Ivy habían terminado la temporada con 46 puntos cada uno.

Al igual que Agostini y Hailwood el año anterior, habían conseguido cinco victorias cada uno, pero entonces las cosas se complicaron.

Ambos habían terminado segundos en dos ocasiones, pero nunca terceros, y en los 74 años de historia del motociclismo, el domingo era la 19ª vez que el título de campeón del mundo de la categoría reina se decidía en la última prueba.

Por ejemplo, en 1957, Rivero Liberati ganó la última carrera en Monza con una Gilera, arrebatándole el título a su compañero de equipo Bob McIntyre.

Ese año, Liberati tomó la bandera a cuadros en el Gran Premio de Bélgica, pero fue descalificado por cambiar su coche sin permiso.

Al final de la temporada, Liberati volvió como ganador del Gran Premio de Bélgica, lo que en retrospectiva significa que habría ganado el título antes de esa desastrosa carrera final.

Eso es lo que importa.

'Pecco' o 'Fabio' El Campeonato del Mundo de 500cc se decidió en la última carrera de 1993.

Kevin Schwantz tenía una ventaja de 18 puntos sobre Wayne Rainey al llegar a la ronda final en el Jarama.

Sin embargo, Wayne se había lesionado en una grave caída en el Gran Premio de Italia en Misano, y Kevin había ganado el título dos grandes premios antes.

En las últimas 18 carreras, el piloto con menos puntos sólo ha ganado el título en tres ocasiones.

Eso le colocaría junto a Rainey, Nicky Hayden y Jorge Lorenzo.

Son un trío icónico de campeones del mundo que nunca abandonan la lucha