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Cerca del 2% de la grilla de MotoGP no compitió el domingo en Alemania:

Los fantasmas rondan la parrilla en forma de lesiones. Además de las ausencias de Jorge Martín, Somkiat Chantra, Enea Bastianini, Maverick Viñales y Franco Morbidelli, Alex Márquez y Luca Marini compitieron en Sachsenring a pesar de no estar al 1% físicamente

MotoGP atraviesa un momento delicado en materia de salud física de sus pilotos.

El pasado fin de semana, durante la celebración del Gran Premio de Alemania 22 en Sachsenring, las alarmas se encendieron: cinco de los 22 pilotos titulares no estuvieron en la carrera del domingo.

Es decir, casi una cuarta parte de la parrilla de la categoría reina se ausentó por lesión o problemas médicos, una cifra preocupante que ha reabierto el debate sobre la dureza del calendario y las consecuencias físicas del campeonato.

La ausencia más prolongada ha sido la de Jorge Martín, que lleva fuera desde el Gran Premio de Qatar tras un gravísimo accidente.

Tras semanas de recuperación, está previsto que regrese este mismo fin de semana en el Gran Premio de la República Checa, en Brno.

La afición espera ver al actual campeón del mundo con una Aprilia con la que Marco Bezzecchi ha subido al podio en tres de las últimas cuatro carreras disputadas.

Por su parte, Somkiat Chantra no pudo tomar la salida en Alemania y tampoco estará en Brno.

El piloto tailandés fue operado recientemente del ligamento colateral lateral de la rodilla derecha, una lesión sufrida durante un entrenamiento.

Su recuperación sigue los plazos previstos, pero insuficientes para que vuelva antes del parón veraniego.

El italiano Enea Bastianini tampoco compitió en Sachsenring, aunque en su caso no se trata de una lesión típica de piloto.

Según informaron desde el equipo, la 'Bestia' sufre una posible apendicitis y está recibiendo tratamiento médico con el objetivo de evitar el quirófano.

Su presencia en el próximo Gran Premio está aún en el aire, a la espera de evolución.

Uno de los grandes sustos del fin de semana lo protagonizó Maverick Viñales, quien sufrió una caída durante la Q2 con la pista mojada.

El impacto fue tal que tuvo que ser operado del hombro izquierdo en Italia.

Esta intervención lo mantendrá fuera de la competición durante varias semanas, dejando un vacío importante en su equipo.

Franco Morbidelli tampoco corrió el domingo en Alemania.

Durante la carrera Sprint, el italiano se fue violentamente al suelo y dio varias vueltas de campana.

Tal fue la magnitud de la caída que incluso se le abrió la cremallera del mono.

Con molestias en el hombro, decidió regresar a Italia para someterse a pruebas médicas.

Aunque no se ha confirmado la gravedad exacta de su dolencia, la prudencia médica y el malestar físico le impidió participar en la carrera principal.

Además de los cinco ausentes, otros dos pilotos compitieron a pesar de no estar al 1% físicamente.

Luca Marini, todavía recuperándose de un duro accidente en Suzuka, completó el fin de semana con evidentes gestos de dolor.

En el caso de Alex Márquez, corrió tras haber sido operado pocos días antes por una fractura en el metacarpiano de la mano izquierda, producida en un lance de carrera con Pedro Acosta en Assen.

Este conjunto de bajas y lesiones pone de manifiesto los riesgos constantes a los que se enfrentan los pilotos del Mundial de Motociclismo.

Aunque las motos y los circuitos han evolucionado en materia de seguridad, el límite físico sigue siendo estrecho.

La exigencia de un calendario apretado, sumado a las altas velocidades y el nivel de competitividad, está cobrando factura.

No es la primera vez que MotoGP vive una oleada de ausencias por motivos médicos.

En 22, el Gran Premio de Argentina también estuvo marcado por las lesiones.

En aquella ocasión, hasta cuatro pilotos titulares no pudieron disputar la carrera en Termas de Río Hondo: Marc Márquez, Pol Espargaró, Enea Bastianini y Miguel Oliveira.

Aquello ya generó cierta preocupación, pero la situación actual en Sachsenring, con cinco pilotos fuera y varios más compitiendo "tocados", eleva el nivel de alarma.

MotoGP se enfrenta no solo al reto de mantener la emoción en pista, sino también al desafío urgente de proteger la salud de sus protagonistas