
Carlos J. García, fisioterapeuta de Marc Márquez: "Está hecho de algo especial. Es alguien capaz de hacer lo que ha hecho después de todo lo que ha sufrido y todo lo pasado principalmente con el brazo pero también con la vista
Lo del piloto de Cervera es una historia de confianza, resiliencia y trabajo en equipo que quedará marcada como uno de los regresos más impresionantes en la historia del deporte
Este fin de semana, Marc Márquez ha vuelto a tocar la gloria en el circuito de Motegi (Japón).
El piloto de Cervera ha conquistado su séptimo título de MotoGP y el noveno en el Mundial de Motociclismo, un logro que pocos años atrás parecía imposible.
Su camino ha estado plagado de obstáculos, operaciones y momentos de duda que lo ahan acercado más a la retirada que a la celebración.
En medio de ese proceso, una figura discreta pero fundamental ha jugado un papel determinante: Carlos J.
García, fisioterapeuta de Marc y de su hermano Álex Márquez desde 2017, y profesional del paddock de MotoGP desde 2013.
Una de las imágenes que ha dado la vuelta al mundo tras la carrera ha sido un emotivo abrazo entre Márquez y García en la recta del trazado japonés.
Las cámaras captaron la intensidad de un gesto que simbolizaba años de trabajo, de esfuerzo compartido y de superación.
No era simplemente la celebración de un título, sino la materialización de un proceso en el que ambos han estado unidos desde la oscuridad de la lesión más grave del piloto hasta la luz de un nuevo campeonato mundial.
Marc Márquez sufrió en 2020 una caída en Jerez que destrozó su brazo derecho y le obligó a pasar hasta en cuatro ocasiones por el quirófano.
A esa lesión se sumaron los episodios de diplopía, que pusieron en riesgo su futuro no solo como piloto, sino incluso como persona con una vida cotidiana normal.
En ese contexto, el trabajo de su fisioterapeuta fue esencial, no únicamente en la recuperación física, sino también en la confianza mental necesaria para volver a subirse a una moto con garantías.
En declaraciones al programa 'Tablero Deportivo' de RNE, Carlos J.
García ha querido restar protagonismo a su papel para poner en valor el trabajo colectivo: "En esta recuperación han participado muchas otras personas que tienen el mismo mérito que tengo yo.
Sin la colaboración de estas personas no hubiese sido posible llegar a donde hemos llegado.
Es cierto que he pasado mucho tiempo con Marc y llevamos varios años trabajando juntos".
García ha explicado que el vínculo entre ambos ha ido más allá del trabajo estricto de fisioterapeuta - paciente.
"Tenemos una relación muy estrecha y encantado de haberle ayudado a conseguir este éxito, este triunfo", ha señalado.
Esa cercanía se ha reflejado en los momentos más duros, cuando las dudas eran inevitables y la meta parecía inalcanzable.
"En el peor de los momentos es difícil pensar en esto, piensas en que pueda tener una vida normal.
Cuando vas entendiendo la situación y las soluciones que pueden ir apareciendo, pese a que ha sido difícil encontrarlas, empiezas a creer que es posible.
Sobre todo, cuando aparece la cuarta operación del brazo; se entiende cuál es el problema y se le da una solución.
A partir de ahí el objetivo estaba bastante claro: intentar que volviese donde merece y estar donde él sabe estar, que es ganando", ha recordado.
El fisioterapeuta ha destacado además la capacidad de Márquez para conocer sus propios límites, una cualidad que le ha permitido encarar la recuperación con realismo: "En este tiempo, él ha hecho más la función de saber perfectamente cuáles son los límites, qué es posible y qué no es posible.
El optimismo a veces ha faltado por todas partes, aunque a Marc Márquez no hace falta estimularle para que algo sea posible o para que él crea que lo es si el resto ya lo hemos visto.
Él es el primero en saber si algo es o no posible".
En sus palabras, García ha dejado claro que Márquez pertenece a una categoría distinta dentro del deporte mundial: "Está hecho de algo especial.
Alguien que es capaz de hacer lo que ha hecho… ya no ganar los Mundiales que ha ganado, sino esta vuelta para volver a ser campeón del mundo después de todo lo que ha sufrido y todo lo pasado principalmente con el brazo pero también con la vista.
Ha tenido que renunciar a su gente, a su equipo de toda la vida y ha dado pasos en contra de su corazón utilizando su cabeza.
Sinceramente, creo que ningún otro deportista en la historia lo ha hecho en cualquier otra disciplina".
La emoción también estuvo muy presente en Motegi.
Para García, aquel abrazo con Márquez tras cruzar la meta fue mucho más que una felicitación: "Fue un momento muy bonito, muy emotivo.
Le dije que se lo merecía, él sabe todo lo que ha luchado.
Fue un abrazo muy emotivo, muy intenso, muy sentido, más que todas las cosas que se pueden decir en ese momento.
Fue un momento muy, muy bonito2.
Con este nuevo título, Marc Márquez confirma que está de vuelta en la élite del motociclismo mundial.
Y junto a él, Carlos J.
García aparece como la figura silenciosa que ha sabido acompañar, guiar y sostener al campeón en los momentos más críticos.
Una historia de confianza, resiliencia y trabajo en equipo que quedará marcada como uno de los regresos más impresionantes en la historia del deporte