Box Confidencial: "a ver si os enteráis" de Rossi en Brno, dice Manuel Pecino
Antes del GP de la República Checa de MotoGP 2020. El circuito de Brno, en la República Checa, es donde un Valentino Rossi adolescente puso en 1996 las primeras piedras para construir la leyenda que es hoy
Era joven, rebelde, irreverente y, sobre todo, transmitía una pasión por lo que hacía que quizás sólo un italiano podía transmitir.
De eso hace ya 25 temporadas, y al igual que entonces a Jorge Márquezez le llamaban "Aspar", a Rossi le llegó la hora de la juventud.
Pero hay algo que sigue siendo igual en él: en Jerez, hace dos semanas, lo demostró con el gesto de colocarse delante de la grada para saludar a los aficionados ausentes.
En Brno, lo gritó en todas direcciones cuando los que entienden las carreras como un compendio de estadísticas le preguntaron por la posibilidad de sumar este fin de semana su podio número 200 en el Mundial.
MotoGP MotoGP MotoGP MotoGP Ducati/Dovizioso, sin tiempo para la pasiónLa ausencia de Marc Márquez en la prueba inaugural del campeonato ha abierto de par en par las compuertas para quienes buscan su coronación.
Viñales y Quatalaro han progresado rápidamente, pero el aspirante número uno en el currículo debe ser Andrea Dovizioso.
La relación del piloto italiano con Ducati es una marca con la que ha corrido durante los últimos ocho años, terminando subcampeón en tres ocasiones.
Porque su relación siempre fue un "matrimonio" de conveniencia.
No, no hubo amor.
La relación entre Dovizioso y Ducati siempre fue un "matrimonio" de conveniencia.
Dovizioso y Ducati supieron crear una causa común para sus objetivos separados.
Detrás de Marc Márquez había tres subcampeones del mundo.
Ahora las dos partes juegan al tira y afloja, aportando resentimiento, trato injusto y otros conceptos subjetivos.
Es ahora, cuando el camino hacia la meta está más claro que antes, cuando se debe dejar a un lado la "pasión latina" y apostar por el pragmatismo más radical.
Pero debe ser a partir de ahora.
Mantener despierto a Goliat Como visionarios de las últimas temporadas, no hemos sido pocos los que hemos advertido de lo que podría ocurrir en Honda si Marc Múquez, por algún motivo, no pudiera participar en los GGPP.
Entendemos la absoluta "dependencia de Múquez" y la condenamos como el resultado de desarrollar una moto para la que sólo el fenómeno Cerbera es garantía de éxito.
No es que esta moto se haya desarrollado para él, sino que es el único que puede superar los defectos endémicos.
La ausencia de Marc y la lesión de su segundo piloto, Cal Crutchlow.
Pero hace dos semanas, en el Gran Premio de Andalucía, Honda se sacó un conejo de la chistera.
Takaaki Nakagami, que hasta entonces sólo tenía pasaporte japonés, daba dos, tres o cuatro pasos adelante en cada GP, y aquí en Brno volvió a estar en lo más alto.
Orgullosa, Honda puso todo lo que tenía en su enorme máquina para Nakagami.
¡A Goliat, digo yo!